miércoles, 10 de junio de 2015

¿Por qué Rockola?

Sala Rock-Ola




La Sala Rock-Ola de Madrid fue una sala de conciertos situada en el número 5 (actual número 3) de la calle Padre Xifré, frente al edificio Torres Blancas. El Rock-Ola, como era popularmente conocido, constituyó uno de los centros neurálgicos de la llamada Movida madrileña entre 1981 y 1985. Entre sus muros actuaron en directo la práctica totalidad de los grupos de ese movimiento cultural, entre ellos Alaska y Dinarama, Nacha Pop, Radio Futura, Las Chinas, Ejecutivos Agresivos, Gabinete Caligari, Parálisis Permanente, Derribos Arias, Décima Víctima, Los Elegantes o Glutamato Ye-yé, así como de otras ciudades (Siniestro Total, Danza Invisible, Loquillo y los Trogloditas…). Pero fueron especialmente destacables los conciertos de los principales artistas internacionales de la época, como Spandau Ballet, Simple Minds, Depeche Mode, Echo and the Bunnymen, Siouxsie and the Banshees, Nick Cave, Iggy Pop, The Stranglers o New Order. Fue además una discoteca con un concepto de club, que abría a diario con un contingente de público fiel.

El Jardín (1979-82)


El Jardín era en junio de 1979 una pequeña sala de fiestas que había tenido un pasado exitoso como Le Carrousel y que languidecía como sala rociera. Un cambio en la gestión del local y ese verano El Jardín se convirtió en una de las primeras salas que acogieron actuaciones de grupos de la Nueva Ola (lo que bastante después se llamaría la Movida madrileña), que empezaban a ser conocidos a través de los programas de radio de Onda 2, Radio Popular FM,  y más tarde de Radio 3. Tras ese verano se intensificó esa línea y convirtieron a El Jardín en el centro de la Nueva Ola. En El Jardín dieron sus primeros conciertos grupos como Tos (que luego serían Los Secretos), Mamá, Los Nikis, El Aviador Dro o Alaska y los Pegamoides.

Marquee (1980-83)


Con la popularización de los grupos de la Nueva Ola, El Jardín se iba quedando pequeño. Los propietarios también tenía otra sala de fiestas llamada Top Less (anteriormente llamada Picadilly), donde durante años y hasta hacía poco actuaban Tip y Coll, situada junto a la Avenida de América. En septiembre de 1980 se reinaugura como sala de conciertos Marquee, con la actuación de Secretos, Nacha Pop y Mamá. La línea gráfica característica de la Nueva Ola Madrileña la establece inicialmente Gustavo Sánchez, un joven diseñador gráfico cuyos trabajos decoraban las paredes del Pentagrama que fue quien diseñó el logotipo del Marquee y posteriormente el nombre y el logotipo del Rock-Ola.



Desde el primer momento el joven equipo profesional del Marquee estableció una línea clara, basada en traer a la sala a los nuevos grupos punteros de la bulliciosa escena madrileña y española, pero especialmente de la internacional, todo ello en consonancia y simbiosis con lo que se escuchaba en las mencionadas emisoras de radio. Además el Marquee, como luego el Rock-Ola, se caracterizó por una manera innovadora de promocionar sus actividades, con un contingente de fieles socios y con la línea gráfica de Gustavo Sánchez, de influencia británica, marcando un estilo propio en carteles, octavillas promocionales y entradas.

Rock-Ola (1981-84)


De nuevo la sala se quedó pequeña en pocos meses. El bingo contiguo al Marquee, de un tamaño mucho mayor, estaba disponible, de modo que se decidió habilitarlo como sala de conciertos, dando continuidad al proyecto y con el mismo equipo al frente de ambas salas.

Así, el 31 de marzo de 1981 tuvo lugar la apertura de la Sala Rock-Ola, pero manteniéndose el Marquee como sala brillante como la purpurina (más tarde se unirían ambas).

Los primeros conciertos fueron del grupo punk británico U.K. Subs, los días 3 y 4 de abril. Una semana después Rubi y los Casinos inauguraban la lista de grupos españoles. Durante los tres años siguientes el equipo de dirección de la sala desarrolló una actividad frenética, ofreciendo varios conciertos semanales en los que, además, se daba entrada a grupos principiantes. Por ello no puede haber mejor descripción de este periodo que la larga relación de los conciertos que allí tuvieron lugar.



En esa época se trataba de una de las salas de conciertos más grandes de Madrid, prácticamente la única que podía acoger a las principales bandas emergentes en el panorama internacional. En ocasiones éstas preferían tocar dos días consecutivos en el Rock-Ola, con su escenario bajo y su público muy próximo, antes que ir a pabellones deportivos. Pronto, sin embargo, pabellones y campos de fútbol fueron el escenario natural para estos grandes grupos.


El Rock-Ola no fue solo una sala de conciertos, sino que en unos meses se convirtió en una popular discoteca, un gran bar de copas que abría a diario. Aunque había otras salas que se abrieron antes o después, y que también ofrecían conciertos nacionales e internacionales, el Rock-Ola se estableció como el centro social y cultural de la Movida, el lugar donde había que estar para ver y ser visto y para bailar con las últimas novedades traídas de Londres.


En consonancia con el espíritu de la época, tras sus puertas convivían y se mezclaban jóvenes de diferentes clases sociales y de diferentes colectivos: punks, mods, nuevos románticos, pijos, hippies… y modernos en general que hacían gala del eclecticismo estético propio de la Movida. A la vez, desde el principio se hizo común ver en alguna de sus barras a las más notorias personalidades de este movimiento cultural: cineastas como Pedro Almodóvar, fotógrafos como Ouka Lele o Alberto García-Alix, pintores como El Hortelano o Pablo Pérez-Mínguez, actrices como Bibi Andersen o periodistas y, por supuesto, las grandes figuras de la nutrida escena musical local.


Además de los conciertos, en Rock-Ola se celebraron todo tipo de eventos relacionados con la música y con las otras artes: exposiciones fotográficas y pictóricas, desfiles de moda, proyecciones de películas, representaciones teatrales, fiestas homenaje u organizadas por compañías discográficas o revistas...

La decadencia y el cierre (1984-85)


A principios de 1983 el Marquee había sido absorbido por el Rock-Ola (como Rock-Ola 2), aunque más tarde se recuperaría temporalmente la marca Le Carrousel para eventos menores en esos bajos. A finales de ese año tuvo lugar el incendio de la discoteca Alcalá 20, y 1984 se inauguró con una psicosis por la seguridad que de inmediato empezó a dar problemas a salas como Rock-Ola.



Paralelamente, en 1984 la ya llamada Movida fue decayendo de manera imparable. Lo que antes fue fresco, espontáneo y falto de pretensión se empezaba a hacer comercial y rebuscado. La mayoría de los grupos más innovadores de la escena musical madrileña habían desaparecido o se reciclaban, y surgían otros que se alejaban del espíritu de la Movida y apostaban por un estilo de rock más tradicional. En el ámbito internacional ocurría algo similar, pero además los grandes grupos de la escena británica de años atrás eran ya demasiado grandes para salas como el Rock-Ola.

En estas circunstancias, a partir del mes de marzo de 1984 el equipo que gestionaba Rock-Ola va dejando la sala de manera escalonada para iniciar nuevos proyectos, y con ellos en cierto modo se va el espíritu que había hecho grande el concepto Rock-Ola.

Ese último año se multiplicó la presencia de grupos españoles noveles, pero el nivel general de los conciertos ofrecidos se resintió, y con el desencanto del cambio de época el público de la sala se redujo. Se intentó levantar el Rock-Ola con grandes grupos internacionales, como The Psychedelic Furs (tres noches consecutivas en junio) o New Order (actuaron en julio), pero ya nunca volvería a ser lo mismo.



En la madrugada del 30 de noviembre de 1984 un incendio en los bajos del Rock-Ola (el ya cerrado Le Carrousel) destruyó el mobiliario, los equipos y archivos que ahí se guardaban. Esto complicó los problemas de la sala con las autoridades municipales por el cumplimiento de la normativa de seguridad, y el 20 de febrero se notificó su cierre administrativo, que quedó en suspenso.

La sala Rock-Ola nunca fue un lugar especialmente conflictivo, pero ya en la última época los problemas en sus alrededores se hicieron más frecuentes. El 10 de marzo de 1985, a la una y media de la madrugada, un grupo de mods sale a la puerta, donde se produce una reyerta con otro grupo de rockers. En el incidente hay una muerte. La noticia salta a todas las portadas y sentencia de muerte al Rock-Ola. Días después se ordena su cierre definitivo (17 de marzo es precintada).


Aquí os dejamos tres vídeos en los que se habla de Rock-Ola. Todo un recuerdo.


4 comentarios:

  1. Ha estado muy bien el copy y paste de la Wikipedia ;-)

    https://es.wikipedia.org/wiki/Sala_Rock-Ola

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  2. Vaya morro. Eso lo escribimos entre todos los del grupo de Rock-Ola de Facebook.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Os están exponiendo el motivo por el que su local se llama Rockola, en honor a la mítica sala Rock-ola. Si la información no es escrita por ellos es normal, no son historiadores, mientras la hayan comprobado y sea correcta ya está, no tienen por qué redactarla ellos mismos.

    Explican lo que fue y que es la inspiración del nombre de su local. Es correcto y a quien no le guste que se lo haga mirar.

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